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¿Qué hacer frente a un gatillazo?

Tanto si eres hombre como si eres mujer, te habrás encontrado en algún momento en una situación de disfunción eréctil, también conocida como “gatillazo”. Caracterizado principalmente por la inhabilitación del aparato reproductor masculino. 

Se han construido falsos mitos y tabúes en torno a esta palabra, calificándola como algo negativo y vergonzoso. Sin embargo, es algo que afecta a hombres y personas con pene en algún momento de su vida. 

Son muy pocos los que se atreven a hablar sobre los gatillazos de forma natural, ya que consideran que la incapacidad de mantener el miembro viril erecto para acabar la relación sexual perjudica a su “imagen”. Esto es lo que hace que este término se achaque a algo negativo para la persona que lo vive. 

Lo cierto es que el gatillazo puede deberse a múltiples consecuencias: físicas y psicológicas. Algunos ejemplos son: el estrés, la ansiedad, la depresión, el alcohol, los medicamentos, las lesiones musculares, las hormonas… Es por eso que si alguna vez lo vives no debes obsesionarte con ello, porque las consecuencias podrían ser peores. 

 

Pero entonces, ¿Qué debo hacer si me pasa?

 

Lo primero de todo, se debe encontrar la causa por la que ocurre, detectar los pensamientos intrusivos por los que ocurre nos ayudará a quitarle importancia. 

En segundo lugar, mostrarte natural frente a tu pareja sexual (lleves o no tiempo con ella) es un símbolo importante para desenmascararnos, como personas y quitarnos las “etiquetas” que nos rodean. Es importante ser comunicativo en estas situaciones para quitarle peso. 

Por último, tanto tú como tu pareja debéis normalizar la situación, es algo que puede pasar y está a la orden del día en la vida tan acelerada que actualmente vivimos. Tanto si eres mujer como hombre debes hacer entender a tu pareja que no debe preocuparse, quitándole importancia, esto evitará que ambos os obsesioneis con algo que escapa de vuestro control. 

Se debe tener en cuenta que el sexo no debe acabar cuando empieza. Se puede ir más allá de la penetración y restarle importancia a los genitales. El sexo es divertirse, es “jugar” y cuanto más juegas, mejor te lo pasas. 

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